Su reinado marcó una época dorada para Inglaterra, de
combates y amores caballerescos. Escritores y artistas ensalzaron su
historia. Pero los científicos y académicos modernos proponen una
realidad muy diferente a la leyenda.
En un lóbrego castillo junto al mar, en un cabo rocoso,
Igrayne espera el regreso de su esposo Gorlois, duque de Cornwall. Pero
no es él quien entra en su recámara, sino Uther Pendragon, rey de
Inglaterra, a quien el mago Merlín dio el aspecto de Gorlois para que
el rey satisficiera su ilícita pasión por Igrayne.
Conciben un hijo, y así se inicia la historia del legendario
rey Arturo, una leyenda que ha inspirado a escritores y artistas, y que
por siglos cautivó la imaginación popular. El niño engendrado por
Igrayne fue tomado por Merlín, quien lo dio al buen sir Ector para que
lo criara como si fuera su hijo. Aunque el rey no tuvo más hijos,
Igrayne y Gorlois engendraron a tres hijas, de las cuales dos se
casaron con reyes y la tercera fue a un convento. Esta última, Morgana
le Fay, adquirió de algún modo poderes mágicos y finalmente jugó un
papel fatal en la vida de su medio hermano. Cuando el rey murió y
Arturo cumplió 16 años, Merlín le reveló su verdadera paternidad,
después de que el joven lograra sacar una espada clavada en un yunque,
que a su vez estaba puesto sobre una piedra de mármol, en el centro del
atrio de una iglesia.
Nadie podría lograrlo, a excepción de quien fuera "el
verdadero rey de toda Inglaterra". Merlín le habló de cómo fue
hechizado por las hadas de Avalon, la tierra misteriosa. Arturo sería
el mejor de los caballeros y el más grande de todos los reyes, y
viviría "más que cualquier hombre conocido". La gente se arrodilló para
prestarle juramento como nuevo monarca, coronado por el arzobispo
.Inglaterra en la época de Arturo, se supone que el rey Arturo rigió de
fines del siglo V a comienzos del VI, y se dan como fecha de su batalla
final con Mordred los años 537 y 542.
Pero, ¿Cuál era la situación política del reino en ese
entonces? ¿Quién gobernaba? Un siglo antes, los romanos se retiraron
gradualmente de la colonia inglesa que gobernaban desde que Julio César
la conquistó en 54 a.C., al no poder resistir la invasión de las tribus
bárbaras de los jutes, los anglos y los sajones provenientes de Europa,
además de las presiones desde el norte por la tribu de los pictos.
En los turbulentos tiempos subsiguientes, llegaron varios
guerreros a pelear contra los invasores y entre sí. No se sabe de un
reino unificado o un gobernante que tuviera algo más que poder local.
El cristianismo no arraigó en Inglaterra hasta que en 597 llegó San
Agustín con sus 40 monjes. Éste fue el hecho que marcó el inicio de la
Edad Media para Inglaterra y casi toda Europa. Si se da crédito al
monje galés Nennius, un guerrero llamado Arturo -"junto con el rey de
los bretones"- dirigió la resistencia contra los invasores. Nennius
escribió su Historia de los bretones en el año 826, donde registró 12
batallas en las que Arturo venció a los bárbaros. En su última victoria
mató él solo a 960 enemigos.
Unos 150 años después de Nennius, un galés anónimo compiló
una cronología de la historia británica, los Anales cambrianos. En el
año 537 dice: "Batalla de Camlann, en la que cayeron Arturo y Medraut."
No es difícil leer Mordred en lugar de Medraut. Unos 150 años después,
un historiador mencionó a Arturo,en lo que entonces fue una referencia
seductora.
En 1125 el rnonje William de Malmesbury menciona al guerrero
Arturo, "elogiado por los británicos con palabras vacías, pero quien en
realidad debería ser tema no de engañosas leyendas y sueños, sino de la
verdadera Historia; pues hizo tambalear a su país y azuzó a los
espíritus quebrantados de sus compatriotas a guerrear". Fue un
contemporáneo de William quien convirtió al ya legendario Arturo en un
soberano. En 1139, un diácono galés y luego obispo llamado Geoffrey de
Monmouth completó su monumental Historia de los reyes de Inglaterra,
una reseña de los monarcas ingleses desde la era de los romanos.
Extrayendo elementos de la tradición local, de mitos
escandinavos y celtas, e incluso de la Biblia,Geoffrey añadió coloridos
detalles a la obra histórica anterior, como la de Nennius. Dos de los
12 tomos de Geoffrey están dedicados a Arturo y en ellos aparece por
primera vez el mago Merlín y las leyendas del rapto de Guinevere y la
traición de Mordred. Embelleciendo los escasos hechos históricos con
eventos imaginarios, e introduciendo personajes de los que no se sabía
nada, Geoffrey estableció un modelo que fue seguido después,
convirtiendo así a un guerrero del siglo V en rey heroico.
Dada la persistencia de la leyenda de Arturo, fue inevitable
que los científicos trataran de quitar los adornos literarios y
diferenciar entre la verdad y la leyenda. En 1965 se formó el Comité
Camelot de Investigaciones, cuyos miembros se irritaban por la mera
sugerencia de que iban en busca de la mesa redonda o del Santo Grial.
Sin embargo, tras cinco años de excavar en Sommerset, los arqueólogos
del comité identificaron al castillo Cadbury como el legendario
Camelot.
El sitio, sobre una colina, es una fortificación de la era
prerromana, sin duda elegido porque desde él se dominan las planicies
que desembocan en el canal de Bristol. Los escombros que cubren un muro
sobre el fuerte original muestran que el castillo Cadbury estuvo en uso
durante la ocupación romana. Pero el hallazgo que más emocionó a los
investigadores fue la alfarería, que sugería que el lugar fue ocupado
por un cacique inglés alrededor del año 500, luego de la retirada
romana y antes de la conquista sajona. Su salón principal medía 20 por
10 m, hecho de madera, cuyo techo era tal vez de paja.
Si el cacique no era el heroico y legendario Arturo, al menos
era un inglés que buscaba preservar la civilización romana ante los
invasores bárbaros. Los hallazgos del Comité Camelot no fueron
aceptados por la académica Norma Lorre Goodrich, de los EUA, quien
afirmó que el rey Arturo no gobernó en Inglaterra sino en Escocia.
Su exhaustiva investigación bibliográfica indicaba que era
Stirling, al noroeste de Edinburgo, y no el castillo Cadbury, el lugar
de Camelot. De cualquier modo, la mágica ciudad continuó perdida en el
pasado. En lo que se refiere a la loada hidalguía de Arturo, éste
gobernó en un tiempo de fieras batallas en defensa del territorio y la
independencia política.
Lo caballeresco ocurrió después, en tiempos más serenos,
cuando historiadores como Geoffrey de Monmouth y sir Thomas Malory
elogiaron sus propios tiempos e impusieron sus valores a un pasado
imaginario. Seguramente el tiempo de aquel rey fue en mucho sórdido,
pero la que perdura es la versión caballeresca de Arturo y no la de un
oscuro guerrero en tiempos turbulentos.
Su glorioso e inolvidable reino fue, según un comentarista,
"un breve periodo de luz, como una estrella en medio de la era
oscurantista".
Adaptación Marian
Domingo 06 de Febrero
del 2007