Era hijo de Sir Pellinor y su madre
había perdido a su marido y a tres hijos en campos de batalla y no
quería que Perceval, el único hijo que le quedaba, supiera nada de
guerras. Por eso crió al chico en el campo alejado de todo aquello. Un
día el muchacho se encontró con tres caballeros de Arturo a los que por
el brillo de sus armaduras confundió con ángeles. A partir de ese
momento todo lo que desea en la vida es ser como ellos.
Su madre se ve incapaz de convencerle
de lo contrario y desesperada le viste con ropas miserables, le pone un
cazo de cocina en lugar de casco y le da un caballo achacoso con lo
cual el muchacho comienza su andadura. Su madre le había advertido que
si se encontraba a alguna mujer no aceptara nada de ella, salvo un
anillo o un beso, pero nada más. Se encontró con una joven alojada en
una tienda a la cual pidió el anillo, sin venir muy a cuento. La dama
un poco asustada de un joven tan extraño se lo dio. Una vez conseguido
el anillo Perceval se marcha sin más dejando a la dama desconcertada y
al marido enfadado porque a su regreso advierte la falta del anillo y
cree que se lo ha regalado a algún amante.
Perceval Llegó a la corte de Arturo y
presenció la escena de un hombre que derrama vino sobre la reina
Ginebra robando a continuación la copa de la reina. Perceval salió en
persecución del hombre, le mata y cuando está intentando quitarle la
armadura para quedársela es sorprendido por un anciano caballero
llamado Gobernal que a partir de ese momento se convertirá en su
maestro y protector.
El anciano le adiestró en los usos y
costumbres de la caballería y le dio otro consejo: No hablar nunca
cuando no corresponda ni hacer preguntas por pura curiosidad. Este
consejo será la causa del fracaso de la siguiente aventura de Perceval.
En ella llegó al castillo del Grial al que es llevado por un hombre que
estaba pescando en una barca. Una vez allí presencia una procesión en
la que se lleva un candelabro, una misteriosa lanza que gotea sangre y
un objeto llamado Grial.
En una habitación interior ve a un
anciano acostado que parece a punto de morir pero que se mantiene con
vida gracias a los alimentos que recibe del Grial. Nada le es explicado
y nada pregunta recordando los consejos de Gobernal. A la mañana
siguiente se despierta y ve que el castillo ha desaparecido y que está
durmiendo sobre una piedra. Una doncella le reprocha su comportamiento
diciéndole que ha desaprovechado la ocasión de hacer mucho bien.
Acongojado empieza a errar hasta que
encuentra con un grupo de peregrinos que le recuerda que es Viernes
Santo y Perceval se dirige a una ermita donde se entera de que su madre
ha muerto por la pena que le causo el no recibir noticias suyas desde
que se marchó. Lleno de pena se propone volver a encontrar de nuevo el
castillo del pescador.
En los textos más antiguos lo encontrará y se convertirá en el nuevo
guardián del Grial en los más modernos su búsqueda del Grial le llevó a
Carbonek donde llegó en compañía de Galahad y Bohor. Los recibió el rey
Pelles que aún tenía sin cerrar la herida que le causó Balin tiempo
atrás.
Aquella noche aparecieron el Grial y
un anciano que tras celebrar la eucaristía y dar la comunión a todos
los presentes se dirigió a Galahad. Le dijo que Debía coger las
reliquias tocar con la lanza al rey Pelles y tras esto partir con ellas
a la ciudad de Sarras llevándose de Inglaterra las reliquias. Luego el
anciano desapareció. Al tocar a Pelles con la lanza la herida
cicatrizó.
Partieron los tres para buscar la ciudad de Sarrás que era un lugar que
muy pocos conocían. Encontraron el lugar y allí depositaron las
reliquias. Pero el rey del lugar no se fiaba de ellos y los encerró en
una mazmorra. No pasaron necesidades pues el Grial se les aparecía a
menudo y llenaba sus platos con aquello que cada uno prefería.Al cabo
del tiempo el castellano cayó enfermo y sintiéndose morir mandó liberar
a los caballeros. Murió por fin y cuando la asamblea de la ciudad
discutía quien sería el nuevo rey una voz celeste les ordenó elegir al
más joven de los caballeros y Galahad se convirtió en rey de Sarras.
Al año de su reinado, cuando los
ciudadanos fueron a adorar el Grial, se encontraron con una anciano
vestido como un obispo. Este hizo adelantarse a Galahad y le dijo que
iba a mostrarle lo que tanto deseaba ver. Galahad cayó al suelo y su
alma se elevó llevando con ella el Grial, que desde entonces dejó la
tierra y ningún mortal a vuelto a verlo.
Perceval y Bohor enterraron a Galahad. Después Perceval se hizo
ermitaño y murió al poco tiempo.A causa de su primera ignorancia se le
dio el sobrenombre de "El Perfecto Idiota".
Pero su sencillez e ignorancia no
ofendía y al madurar se convirtió en un hombre sabio y perspicaz.